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Historía de la Fiesta
Cuando en 1994 Marcelo Grecco y Cesar Castillo tuvieron la idea de festejar juntos su cumpleaños, con un "Fiesta de Disfraces", jamás imaginaron, y todos los que estuvimos esa noche tampoco, que estábamos dando inicio a una tradición que lleva ya 19 años: organizar, el segundo sábado de noviembre, nuestra "Fiesta de Disfraces".
Al siguiente año la volvimos hacer en lo de Marce, pero la cosa fue tomando entidad y la casa nos quedó chica. Además nos dimos cuenta que debíamos pulir la organización, cuidar mucho más los detalles y, aunque fuera más trabajo, asegurarnos de esa forma más diversión. Fue en ese momento que optamos por el Tanque Sisley, obviamente con el agradecimiento de la familia Grecco que nos padeció dos años consecutivos.
Las canchas de paddle del Tanque fueron testigo, durante tres años, de cómo fuimos creciendo, no solo en la calidad del armado de cada convocatoria sino, fundamentalmente, en el número de asistente que son, en definitiva, el alma de la fiesta. En el sexto año, que iba a ser el cuarto en las canchas del Tanque, nos sorprendió la lluvia cuando estaba ya todo armado. Como voluntad no falta, y brazos para trabajar tampoco, en dos horas mudamos todo para adentro. Si bien el tiempo no nos ha fallado -salvo en esa ocasión- a partir de ese año decidimos elegir lugares techados.
A partir de entonces, y por dos años consecutivos, la Casa de Italia fue el escenario de nuestro encuentro anual. Se recuerdan: algún pasadizo para llegar, la barra como una isla en el centro del salón, sin duda seguíamos mejorando. Lamentablemente unas caipiriñas "termonucleares" de más impusieron el cambio de sitio.
Pero como no hay mal que por bien no venga, la novena, en la ex Embajada de Yugoslavia (Blvr España y Sarmiento), marcó un antes y un después. Pegamos el gran salto y metimos 800 personas. Sí, 800 personas que bailaron hasta las 8 de la mañana, y sin ningún incidente.
Para el 2003 estábamos seguros que iba a ir más gente. Y así fue, cerca de un millar. Pero no nos tomó desprevenidos, luego de buscar un local lo suficientemente amplio –lo que siempre constituye una dificultad- la Familia Novarese nos facilitó generosamente unas instalaciones de su empresa (Talleres Cano) que, por entonces, estaban vacías. La pena es que sabíamos que sería la única vez, porque poco después el lugar comenzó a ser utilizado para su fin específico.
En buena medida nuestra "Fiesta de Disfraces" es inexplicable. Quien va por primera vez no puede creer lo que se perdió hasta entonces y, por supuesto que vuelve con más amigos el siguiente año. Pero la magia de esa noche se basa en tres reglas bien sencillas. Tomá nota:
· Tener ganas de divertirte, e ir con buena onda.
· No olvidarte del disfraz, un buen disfraz, sino ya sabés que no entrás.
· Llevarte tu cariborato y está la barra para cuando se termina el combustible propio.
Quien te dice, tal vez dentro de otros diez años se hable del 25 de Agosto y su "Fiesta de la Nostalgia", y del segundo sábado de noviembre y nuestra "Fiesta de Disfraces". |